Podríamos decir que casi ninguna vuelta por el mundo en bici termina el mismo día que empieza y mucho menos se extiende más de 10 años. Combinar ambas circunstancias parece broma, debe de ser cosa de payaso. Cuando Álvaro Neil, el Biciclown, salió de Oviedo un 19 de noviembre para dar la vuelta por el mundo en bici, no tenía ni idea de cuánto duraría. Al final fueron 13 años.
En ese tiempo, en el que no ha regresado a España, ha visitado 117 países, alguno tan especial como Bután, y llevado alegrías a más de 21.000 personas con sus espectáculos gratuitos de clown. Consiguió vivir de su sueño, escribiendo libros y haciendo documentales y hace poco ha regresado tras dar vuelta por el mundo en bici. Lo hizo el mismo día que se fue, un 19 de noviembre, trece años después.
“El cementerio está lleno de soñadores. No los acompañemos”
África le regaló cuatro malarias cerebrales, pero también la hospitalidad de un continente injustamente tratado por los medios de comunicación. Japón lo recibió con los brazos abiertos y un tsunami, y en Tierra del Fuego la nieve ya cubría el camino y las laderas del Monte Oliva. Llegó a Ushuaia por segunda vez. La anterior fue con su proyecto Kilómetros de sonrisas, que de 2001-2003 lo llevó a recorrer Sudamérica en bicicleta, también ofreciendo sus espectáculos de clown en favor de los más humildes.
A lo largo de estos años, aparte de viajar y hacer sus espectáculos de payaso, ha escrito varios libros y grabado algunos documentales. Como dice él, “el cementerio está lleno de soñadores. No los acompañemos”.
El Biciclown contará su historia el 10 de marzo en Madrid en las Jornadas de los Grandes Viajes 2018. Toda la información del evento en su web oficial.
Nombre, apellidos, profesión -conocida 😉 a qué dedicas el tiempo cuando no viajas- y lugar de nacimiento.
Alvaro Neil, el Biciclown. Yo soy un nómada, no soy un viajero. He nacido en Oviedo en 1967. Para mi viajar es una forma de vivir, no es que me dedique a otra cosa.
5 cosas que nunca faltan en tu mochila
Bueno, yo llevo alforjas en vez de mochila, y lo que no faltan son el pasaporte, el turbante, un cepillo de dientes, una cámara para grabar vídeos y posiblemente una toalla.
«La gente está jugando la carta del dinero en vez de la carta del tiempo, que es la más valiosa»
La salud y tu gran viaje. ¿Consideras importante llevar contigo un seguro de viaje? ¿Enfermaste en tu aventura o recuerdas alguna historia de otro viajero que enfermó de viaje?
En lo que se refiere al seguro de viaje, no. He tenido 4 malarias cerebrales, y varias infecciones, muchas diarreas, pero la salud no es muy diferente en el viaje que en la vida real. Hay que curarse y ya está.
La vuelta a casa, puede que sea el momento más intenso y a la vez difícil de un gran viaje. ¿Qué flashes te vienen de esa época?
Bueno, yo sé que es un poco raro pero yo soy un nómada, no soy un viajero. Yo no he vuelto a casa, no tengo casa, la bici es mi casa y el mundo mi jardín. El flash que tengo del regreso es de una emoción incontrolada y una pérdida absoluta de papeles. Volver a ver a seres queridos después de 13 años es… muy fuerte.
¿Ha cambiado tu forma de pensar sobre la sociedad/el mundo en que vivimos?
Evidentemente. Yo ahora sé que no pertenezco a esta sociedad ni a este mundo. Y me parece que la gente está jugando la carta del dinero en vez de la carta del tiempo, que es la más valiosa.
«Ser nómada quizás está sobreexplotado y hay personas que se ponen el calificativo de nómadas y tienen una casa y un lugar al que volver»
¿El momento físico o mental más extremo/peligroso/extraño/intenso/paranormal que hayas vivido en tu gran viaje?
Bueno (se ríe), ha habido tantos. Por ejemplo he visto saltar al conductor del autobús en el que el iba a dar un espectáculo en marcha y el autobús siguió solo y se quedó colgando de un precipicio.
«En un gran viaje más que dinero hace falta usar la imaginación». ¿Estás de acuerdo con esta afirmación?
Sí, desde luego hay que usar más que la imaginación, la intuición.
¿Algunos momentos que recuerdes de felicidad extrema? Esos puntos álgidos de alegría en los que uno se dice a sí mismo: «por momentos así merece la pena seguir en el camino y no volver a la oficina».
Sí. Desde luego, cada vez que hacía un espectáculo. Era una felicidad extrema saber que había podido llevar algo de alegría a personas que estaban sufriendo.
Tres personas anónimas que te hayan marcado en el camino y por qué.
Casi todas las personas anónimas que me han abierto sus puertas durante el viaje, muchas veces que he tocado puertas, todas han contribuido a que mi viaje haya continuado hacia delante. Todas sin excepción.
Tu cita viajera preferida y/o libro que recomendarías a tu yo anterior al viaje.
Hay una cita de un escritor, Gastón Bachelar, que dice que “No se vuela porque se tengan alas, sino que las alas crecen porque se ha volado». Posiblemente el libro que recomendaría, sería un libro con las páginas en blanco para escribirlo.
¿Habrá otro gran viaje? ¿Ser nómada/viajero/nómada digital está sobrevalorado?
Seguro que hay otro viaje, de hecho yo no he dejado de viajar. Ahora bien, el viaje es más hacia dentro. Ser nómada quizás está sobreexplotado y hay personas que se ponen el calificativo de nómadas y tienen una casa y un lugar al que volver. Esto es colgarse etiquetas que no te pertenecen. Yo creo la vida es la que dirá si eres un nómada, un viajero o lo que sea. No importan las etiquetas, importa lo que hagas con ellas.
